Y, como los perfumes vertidos en la noche; como el amor encendido en la noche;
semejante a la antorcha que se ha de apagar en el alba,
pasaremos fugaces e ignorados,
mientras tú brillas en medio de los cielos serena e impasible,
cual una concubina con tu regazo abierto como una red dorada.
Rafael Cansinos-Assens
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