domingo, 22 de abril de 2012

El calvario


Conciben la vida como una partida de ajedrez.
La existencia es un cálculo. No duermen; no aman.
Nacieron con el corazón manchado, sin luz en la mirada,
y viven al acecho, welcome mister, congratulations!
y viven acosados por el color de las circunstancias.
Les sobra astucia, saben elegir el momento oportuno,
las palabras adecuadas, el tono conveniente, el ademán preciso,
halagan, mienten, se desprecian, estudian, aparentan,
buscan el fulgor de las cámaras, la estridencia,
flash sonríe flash posa flash
resplandor efímero okey! trepan peldaños, se van por las ramas,
buscan las lentejuelas de la fama, leen informes reservados, sonríen, visten a la moda, 
buscan sus nombres en las crónicas sociales,
corren, husmean el aire, por las dádivas trotan,
escriben en los diarios, avanzan, retroceden, sonríen,
son discretos,
solicitan audiencias, dan consejos, afinan la puntería,
disparan, van a misa, son como los gatos, saludan, dan la mano,
siempre caen de pie, aclaran la voz, ejem, la impostan, la modulan,
piensan dos, cien, mil veces, no duermen, como los búhos, piensan,
viven agazapados en el color, en catedrales sombrías y vacías.

A su paso se abren las grandes puertas de la nada.

Los camaleones invaden las catedrales
Pedro Shimose

Escritor boliviano (1940). Ejerció el periodismo y desempeñó actividades docentes en la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz) antes de fijar su residencia en Madrid, en 1971. Dirigió un Diccionario de autores hispanoamericanos (1982), es autor de una Historia de la literatura hispanoamericana (1989) y ha publicado el libro de relatos El Coco se llama Drilo (1976), pero es su obra lírica lo más destacado de su producción. En Poemas (1988) se encuentran reunidos los ocho primeros volúmenes: Triludio en el exilio (1961), Sardonia (1967), Poemas para un pueblo(1968), Quiero escribir, pero me sale espuma (1972), Caducidad del fuego (1975), Al pie de la letra (1976), Reflexiones maquiavélicas (1980) y Bolero de caballería (1985). Fue premio de Poesía Casa de las Américas en 1972. Acosado por la angustia, solidario con los desheredados, desarraigado por el exilio o recluido en el desencanto, las distintas etapas de su poesía son testimonio eficaz de las inquietudes dominantes en las últimas décadas


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